Una labor que me ha dado muy buenos resultados, a la hora de que periquitos o ninfas, criados por los padres, y que por la razón que sea, no se han hecho en su día papilleros, y siendo mas bien salvajes, es que para poder conseguir que se hagan a nuestra presencia, incluso mejor que si fueran papilleros, es recortando las plumas de una o ambas alas, consiguiendo con esto que no puedan volar, esto ayuda a que el amansamiento sea mucho mas fácil y en menor tiempo, ya que los animales dependen en gran medida de nosotros para acceder a la comida y a su jaula, llegando incluso en uno o dos días a gatear por las piernas de uno, para no estar en el suelo, que parece que a ellos no les gusta demasiado. Luego con el paso del tiempo las plumas vuelven a crecer, para cuando esto ocurra el grado de amansamiento es tan grande que no habrá peligro en que el ave se pueda escapar.
